Niñas y superdotadas: un desafío en las aulas (Actividad libre)

 GÉNERO Y SUPERDOTACIÓN

¿Cómo abordar las necesidades del alumnado con talento o altas capacidades intelectuales desde una perspectiva feminista?


Me gustaría compartir con vosotros una pequeña parte de un ensayo sobre este tema que escribí a modo de proyecto de investigación en mi anterior máster (Estudios de Género y de las Mujeres), concretamente para una asignatura en la que aprendí mucho sobre Educación llamada "Transformaciones socioeducativas en España en el siglo XX". Para ello utilicé como una de mis principales fuentes bibliográficas un libro que os recomiendo mucho titulado Niñas, mujeres y superdotación.


Las mujeres superdotadas están descritas por los especialistas como un grupo de riesgo dentro de la población con altas capacidades: durante siglos se ha repetido como un mantra que los hombres son más inteligentes que las mujeres, por lo que reconocer en ellas la superdotación era directamente impensable, y de hecho, a lo largo de la Historia se ha acusado de brujas a aquellas que sobresalían.
No hace falta nombrar todas las trabas que las mujeres han tenido para su propio desarrollo
intelectual y personal: libre acceso a la universidad, voto y elegibilidad, etc.

Mostraré los problemas más habituales a los que se enfrentan las mujeres con altas capacidades desde la infancia hasta la edad adulta, que a parte de algunos muy específicos, no dejan de ser los mismos que afectan a cualquier mujer a lo largo de cualquier etapa educativa, aunque resultan especialmente sangrantes y
devastadores para este colectivo.

Leta Hollingworth (1886-1939) psiquiatra, fue la primera en estudiar las altas capacidades en las mujeres además de pionera en la práctica de la psicología clínica y de escribir uno de los primeros libros sobre superdotación. En su obra se percibe su preocupación por la relación entre las altas capacidades, la educación y el acceso a las oportunidades: lo primero, por si solo, no determina el éxito. Con gran coraje tuvo que enfrentarse al prejuicio tan arraigado hasta el siglo XX de que la eminencia de los hombres en todos los campos demuestra que la inteligencia es un rasgo masculino.





Problemáticas de las niñas superdotadas

Actualmente, todos los expertos en la materia coinciden en que igual de importante es el factor genético como un entorno socio-educativo estimulante para el correcto desarrollo de la persona con altas capacidades intelectuales, y por supuesto uno de los ámbitos al que hay que prestar mayor atención es al emocional. Por eso es determinante la variable de género y también lo es la de clase: cuando se unen se genera una situación muy frustrante para la persona afectada.

En la adolescencia
Cuando se llega a la adolescencia las cosas se complican para niños y niñas. Es cuando las chicas suelen esconder y ocultar más sus capacidades: la aceptación por parte del grupo está por encima de su propio desarrollo personal, y precisamente la propensión de las personas con altas capacidades o su mayor vulnerabilidad para presentar problemas socio-emocionales está asociada a las complejas situaciones y elecciones sociales a las que se ven abocadas durante la infancia o adolescencia.

De las personas superdotadas detectadas en la adolescencia el 70% son varones frente al 30% de mujeres cuando sabemos por los estudios que las cifras reales equivalen a la mitad para cada género porque así se observa en edades más tempranas. No es que haya menos superdotadas, es que se detectan en menor medida, entre otros motivos porque los intereses sociales para la detección del talento se inclinan en favor de los varones: “las chicas con altas capacidades tienen mayor
capacidad para la adaptación social, a costa, posiblemente, de ocultar sus capacidades”.

Otro dato que nos puede dar mucha información es el hecho de que las chicas superdotadas empleen mejor las estrategias de aprendizaje, esto es debido a que el profesorado diseña las actividades y materiales pensando en los intereses y motivaciones de los varones y con una actitud limitadora hacia la expresión de las chicas, y ellas aprenden a adaptarse. Los especialistas manifiestan que las diferencias que muestran las personas con altas capacidades en el ámbito socioemocional son susceptibles de ser observadas ya en la infancia y la adolescencia. 

Algunas de las más descritas son: la intensidad emocional, la elevada sensibilidad y empatía, el perfeccionismo, el sentido de la justicia, la baja tolerancia a la frustración.

Ellas acaban desarrollando una amplia variabilidad en sus temas de intereses, sin focalizarse así en áreas concretas y acaban decantándose por sendas profesionales feminizadas en la mayoría de los casos. También es común tanto en chicas como chicos el fracaso escolar durante esta etapa, debido al desajuste entre su propio desarrollo emocional, el estereotipo social de lo que debe ser una persona con altas capacidades y su propio autoconcepto. A esto se le suma, en el caso de las chicas, esa falta de referentes femeninos que mencionaba antes.
Al tener una alta sensibilidad, las chicas superdotadas captan muy claramente lo que llamamos curriculum oculto: bajas expectativas del profesorado, estereotipos de sexo, falta de modelos, más interacciones con los varones, etc  y esto afecta negativamente a su autoestima.


Para quien tenga interés en acercarse a este colectivo le recomiendo el documental Al este de la campana de Gauss

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